Principios y criterios básicos de la
intervención educativa
Tenemos como criterios pedagógicos básicos la importancia de la escucha activa y la observación directa. Así conseguimos el clima afectivo necesario para que nuestros/as alumnos/as sientan la necesidad de aprender.
La intervención educativa estará basada en los siguientes principios:
· Individualización: debemos partir de los conocimientos previos que tiene el/la alumno/a, tener en cuenta sus capacidades y respetar su ritmo madurativo.
· Acción: el/la niño/a construye su propio aprendizaje, es dueño/a de su proceso basándose en la observación, manipulación, exploración y experimentación.
· Desarrollo integral: el aprendizaje del/a niño/a es global, desde los diferentes ámbitos (físico, emocional, social, cognitivo). Además, el aprendizaje debe ser funcional, a nivel social o a nivel individual, no sólo de una situación de aula, aprendizaje para la vida.
Si se dan estos principios conjuntamente, hablamos de aprendizaje significativo.
A través del juego, la manipulación y la experimentación, los/as niños/as integran e interiorizan todos los aprendizajes.
Por ello, nuestra metodología activa y basada en el trabajo por proyectos parte del interés, el conocimiento previo y la motivación del/a niño/a.
Ellos/as son quienes nos guían en sus procesos de aprendizaje.
La organización del aula se da en espacios organizados y en ejes de trabajo que suponen:
· Favorecer un aprendizaje activo y significativo a través del juego.
· Facilitar la autonomía y el autocontrol.
· Cada niño/a aprende mediante su propia acción, a través del descubrimiento personal.
· Los rincones de juego son motivadores, se adaptan a las necesidades de cada niño/a, acercan la escuela a la realidad psicológica del/a niño/a, hablamos de una metodología abierta.
· Fomentan las relaciones entre iguales, trabajo cooperativo.
· El/la niño/a encuentra una gran diversidad de propuestas y situaciones de aprendizaje que le conducirán a desarrollar las siguientes competencias básicas:
· Competencia Lingüística.
· Competencia matemática.
· Competencia en conocimiento e interacción con el mundo físico
· Competencia en el tratamiento de la información y competencia digital.
· Competencia social y ciudadana.
· Competencia cultural y artística
· Competencia para aprender a aprender.
· Competencia en autonomía e iniciativa personal
En definitiva, el objetivo es que el alumnado sea competente en todos los ámbitos de la vida cotidiana.
Con todo esto, el papel del/a adulto mediador es:
· Captar las dificultades con las que se encuentra el alumnado para poder enriquecer y guiar el aprendizaje.
· Ofrecer una actuación más individualizada.
· Desarrollar la escucha activa y la observación directa.
· Acompañar en el aprendizaje.
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